Los malvados buscan a Jesús como criminal

Los malvados buscan a Jesús, como un criminal

Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos. Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Judas, pues, tomando una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy… (Jn. 18:1-8ª)


Aquí nos encontramos con Jesús en el monte de Getsemaní como señala (Mt. 26:36), cerca de este arrollo donde los comentaristas señalan, corría la sangre de los corderos, lo cual, evoca un interesante paralelismo sobre lo que El mismo habría de hacer, Este es un lugar familiar para cada uno de ellos al cual habituaban continuamente (Lc. 21:37). Es en este lugar familiar, espiritual y de paz para nuestro Señor y sus seguidores, que Judas, se acerca con su cuadrilla de malignos, habiendo vendido al Señor por treinta piezas de plata (Mt. 26:14-16). Juan, señala que, fueron con palos y antorchas confiados en que se estaba escondiendo y ellos iban a descubrirlos, Pero Jesús, no solo o estaba escondido, sino que, les pregunta ¿Cuál es la razón de que ellos fueran a El con esa actitud?, cuando El era un maestro publico (Mt. 26:55).


Un grupo de hombres que supuestamente deberían cuidad la santidad del templo y velar por el bienestar social y espiritual, se prestan para mal intencionadamente, ir en busca de Jesús y tratarlo como un delincuente. Y aunque Judas pensaba que lo tomaría por sorpresa, ya Jesús le había dicho que fuera a conciliar lo que Dios le había revelado desde el principio (13:27). Ahora se adelanta a cumplir otro propósito de guardar a los suyos (17:12). Cuando Jesús se identifica, algo extraordinario sucede, como El usa El nombre del gran Dios de Israel, todos caen a tierra, no sabemos las razones específicas, pero, definitivamente los apóstoles pudieron ver aquel evento admirados. Pudiera incluso ser, que Pedro se animo hacer lo de la oreja mas adelante por ver lo que Cristo acababa de hacer. La segunda vez no caen, porque no se tratan solo de palabras mágicas, sino de la manifestación del poder de Dios.


Históricamente las personas que rechazan a Dios, al igual que los fariseos y religiosos residente de la época que se oponían a Dios, aun se resisten hoy día, aun viendo la manifestación de las obras de Cristo, este tipo de personas se refiere Pablo cuando habla de que la razón de esto es la dureza y el corazón arrepentido, lo que genera este mal (Ro. 2:5). Sin embargo, aunque aquellos judíos y los romanos con sus mas de mil años de opresión y persecución, y otros factores negativos con la iglesia, la iglesia sigue como firme y adelante señalo Jesús a los suyos, (Mt. 16:18) las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia. Aquel momento, mientras el enemigo pensó que puso un lazo a Dios y su obra, solo se encamino a sus propósitos y hoy nuestro redentor reina, de igual manera, las veces que, en la historia, las personas han intentado opacar la fe, solo se siembra la semilla y se ciega con la sangre de los mártires. Aun las personas siguen viendo a los cristianos como criminales, porque simplemente no fomentan la vida del desenfreno, pero como señala Pedro (1 P. 4:5) solo se encaminan al juicio de aquel que juzgara las acciones e intenciones, a pesar de que, se vea el evangelio como algo malo, es la luz que sostiene la bondad de Dios para que no caiga su idea ahora que Cristo ha sido entronado en gloria.


Hermanos, tengamos disposición para seguir fieles a Cristo, porque a pesar de las oposiciones que podamos encontrar, o las dificultades a causa de nuestra fe, Dios nos ha expresado que eso solo nos hace bienaventurados al participar de los padecimientos que Cristo experimento por amor a nosotros (1 P. 4:16-18), El ya ha vencido, y nosotros también venceremos con El. Amigo, te animamos a pasar de aquellos que persiguen la cruz, a quienes viven de sus beneficios, si vienes con fe y un corazón arrepentido, experimentaras la onda del Señor y tu corazón será, iluminado con la misericordia que desea compartir con sus escogidos. Acepta tu necesidad y busca su gran bondad, Dios te bendiga.


Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Deuteronomio 1-3

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