Jesús predica y no cede a la presión de sus hermanos

Jesús predica y no cede a la presión de sus hermanos


Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, más vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; más a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea. Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. (Jn. 7:6-10)


A pesar de la sugestión de sus medios hermanos, Jesús estaba más comprometido con seguir el tiempo y la voluntad de Dios Vv. 38. Jesús les explica que ellos, que se adecuaban a las realidades religiosas y pensamientos sociales, el mundo no los aborrecía. Pero El, que se comprometió con hablarle de la revelación que recibía de su Padre y señalaba sus malas obras, como ya ha hecho (3:19-20, 5:24). Por esto querían matarlo, pero su tiempo aun no era el adecuado, por esto, los envía a ellos solo, mientras ellos pudieron haber pensado, en fallas para El, puesto que no cumplió sus deseos y no iba acompañarlos como judío. Una multitud como en meses pasados pudiera intentar hacerlo rey, Y no era algo que El deseaba. No los rechazo por miedo a la muerte, porque cuando ellos intentaron en ocasiones matarle, el solo se iba de en medio de ellos (Lc. 10:3), y finalmente El si se presenta solo.


Algunos han visto un contraste negativo en la respuesta de Jesús para con sus hermanos, puesto que dijo que no iría y finalmente terminó yendo, pero la idea es que, El no iría con ellos. No que no subiría finalmente a la fiesta como tal. Así es como el sigue en Galilea, siguió ministrando con los suyos y finalmente, cuando la multitud se aleja y cuando ya los caminos estaban despejados, Jesús sale en secreto para participar de las costumbres y complementar la frase donde les expreso a sus hermanos que su calendario no era el de ellos, sino el de Dios, quien le había manifestado que debería subir aparte sin ellos. 


En contexto de más adelante, revela la importancia de que Jesús se fuera solo, ya que todos estaban pendientes y buscándole en la fiesta (Vv. 11).

Ante la incredulidad que en ocasiones manifestamos, Dios se permite el tiempo de explicarnos, si nos disponemos a oír, que su tiempo no es igual al nuestro (Is. 55:8), en ocasiones albergamos deseos y preguntas en nuestros corazones que no siempre tienen la respuesta que deseamos, otras veces, nos encontramos en dilemas y encrucijadas, donde deseamos rápidamente que Dios nos dé una respuesta, la cual, pudiera retrasarse. Sin embargo, Dios tiene un programa que no será alterado, ni por declaraciones ni por nuestras exigencias, al final lo que va imperar, es la voluntad de Dios, porque esta es la que realmente necesitamos (Ro. 12:2). Cuando sintamos que debemos exigir, o veamos a otros reclamar o declarar, recordemos que aun ante sus familiares Jesús no actuó diferente al plan de Dios.


Esta es una manera que Dios utiliza para recordarnos que El soberano, Dios fuerte y Padre eterno es El (Is. 9:6). Pudiéramos apresurarnos y tomar decisiones impulsivas que finalmente terminaran produciendo tristeza y dolor en nuestras vidas, o, podemos adecuarnos a la voluntad de Dios y como el salmista esperar pacientemente en su voluntad (Sal. 40:1), esta voluntad puede ser a favor, en contra de lo que esperamos o simplemente dejándonos esperar sobre aquello que le pedimos, pero lo más sabio que podemos hacer en casos donde no entendemos que es lo que Dios desea, hemos de aprender a esperar en El.


Hermanos, aprendamos a ser reverentes, cuando las cosas no van a nuestra manera en la vida, en una ocasión Dios le pregunto a su pueblo, si el barro pudiera quejarse con el alfarero por como la hizo (Ro. 9:20), pues nosotros, hemos de aprender que cuando no acatamos la voluntad de Dios, estamos interponiendo la nuestra y esta como en los hermanos de Jesús está motivada por un corazón incrédulo, por lo que, no debe estar en nosotros, lo más sensato seria, que busquemos de su sabiduría y nos humillemos ante su presencia, para identificar su voluntad, entendiendo que lo que hace o deja de hacer es bueno para nosotros. Amigo, pudiera ser que encuentres en este momento de tu vida, haciendo un sin número de exigencias a Dios y con un alto nivel de expectativas, pero la pregunta no es si Dios puede hacerlo, sino, si la actitud que estas manejando es correcta para con aquel que te creo, y si entiendes que el compromiso de Dios es con los que le temen (9:31, Sal 25:14). Esto no significa, que, por la fe en Cristo, hoy no puedas recibir el perdón de pecados y la atención especial de Dios para tu vida, mediante una relación personal con Dios. Dios te bendiga.


Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Efesios 4-6

Facebook
WhatsApp

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *