Jesús, la verdad que prevalece en la historia

Jesús, la verdad que prevalece en la historia


Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. Y muchos creyeron en él allí. (Jn. 10:39-42)


Luego de Jesús dejarles sin Palabras, en cuanto a su deidad, ahora procuran encarcelarle, saben que no tienen argumentos y prefieren, no mostrar debilidad ante el pueblo. Este encarcelamiento era con la intención de quitarle la vida, pero Jesús simplemente se escapa de ellos porque aun no había llegado su hora (7:30). Es así como Cristo vuelve al lugar donde Juan había dado testimonio de Él, y continuo con sus enseñanzas tocante a la vida consagrada que debemos modelar y escapar de la superficialidad de la fe tal como los religiosos la predicaban. (Mt. 16:12), las personas eran conscientes y se acercaban, algunos por curiosidad otros con cierta convicción de que, lo que Jesús enseñaba era coherente la voluntad de Dios.


Cuando las personas que fueron impactadas por el ministerio de Juan consideraron su vida y sus enseñanzas, comenzaron a contrastar la piedad de Juan el Bautista, con la piedad de Jesús con el plus de que Cristo hacia milagros y señales característicos del Mesías, tal como se había señalado sobre El (Lc. 1:32). Juan guio a las personas hacia Cristo, nunca se presento como Mesías y resalto que su ministerio debería ser mas notorio que el suyo (3:30), ante las Palabras y obras de Jesús, las personas reconocían que actuaba según las enseñanzas proféticas de Juan, algo evidente porque Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre y las referencias de los profetas (Mr. 14:21ª), entendiendo esto muchos creyeron en El como aquel del cual los profetas habían predicho su venida. Ni los intentos de los lideres religiosos, ni la competencia piadosa de hombres como Juan, opacaron la dignidad del Mesías.


Generacionalmente muchas personas se acercan a Dios con escepticismo, otros simplemente mirando que aspecto de su vida o mensaje puede ser usado para criticarlo e ignorar completamente su mensaje, nada de esto ha podido opacar la vida y obra de aquel que dividió la historia en dos y vino a dar seguridad aquellos afligidos y atados por el pecado (Is. 61:1), aquellos que realmente anhelan buscar respuestas sobre la existencia humana y la salvación, aunque se acerquen con más intenciones la encontraran en la persona de Jesús, Y en este conocimiento encontraran libertad de sus pecados (8:32, 36). Se han levantado inmensidad de postulados atacando su obra y persona, pero para gloria de Dios y testimonio de que nadie puede poner otro fundamento (1 Co. 3:11), su verdad y sus enseñanzas prevalecen.

Satanás ha cambiado la estrategia de ataque, consciente de que no puede cambiar la realidad de la vida y obra de Jesús como no pudo tentarlo (Lc. 4:1-13), ahora ha levantado alternativas religiosas, ideológicas y de índole subjetivo que han tomado las mentes de muchas personas, pero mas allá de todo esto, la verdad prevalece tanto en su obra como en su iglesia, la cual aun los ataques intelectuales más sutiles no podrán socavar (Mt. 16:16-18). El evangelio prevalece y aquellos que estudian en busca de la verdad, aquellos que consideran la realidad de su corazón y la obra liberadora que nada en este mundo puede ofrecer, sino solo Jesús, entonces pondrán su fe en El, pero aquellos que se resisten, solo serán sumergidos en una vida de pecado y una tormentosa eternidad (3:18-21).


Hermano, es buen momento para recordar que no tenemos la fe en algún personaje místico, o un hombre meramente histórico, Jesús es nuestro salvador y aquel que hoy está intercediendo por aquellos que salvo ante El padre (Ro. 8:27b), y así como ha guardado su nombre, es poderoso para guardar las promesas que ha hecho a los que le aman (2 Ti. 1:12). Porque su nombre prevalece, nosotros prevaleceremos eternamente junto a Él (14:2-4). 


Amigo, muchos hombres han intentado levantar su propia justicia, pero solo Jesús murió y resucito para que tu tengas libertad y vida eterna (Jn. 3:16-17). Es el deseo de Dios iluminar tu corazón si realmente le buscas de corazón (Je. 29:13). No permitas que las confusiones doctrinales, o los ataques hacia Cristo, porque nada estorbara sus propósitos. Solo podrás prevalecer, si recibes el perdón y la salvación que solo Jesús ofrece. 

Dios te bendiga.


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