Dios y el nuevo nacimiento

Dios y el nuevo nacimiento

 

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? (Jn. 3:1-4)

 

Juan nos comparte el encuentro entre Jesús y un influyente religioso de su época, uno de esos hombres que empezó a sentir curiosidad y empatía por las enseñanzas de Jesús (Jn. 2:23), pero que cuidaba su posición religiosa y su prestigio por encima de aquella inquietud. Este, visita a Jesús en la oscuridad de la noche, por temor a sus colegas de culto. Nicodemo, reconoce la autoridad y procedencia divina que la mayoría de los judíos no estaban dispuestos, a reconocer en Cristo Vv. 2. No necesariamente lo veía como Mesías, por su falta de conexión espiritual con Dios (Jn. 16:13-14), pero sí, como alguien que tenía una relación personal con Dios. Para los judíos, nacer en Israel era algo muy importante y que, en cierta manera, aseguraba una vida cerca de Dios. Sin embrago, Cristo inmediatamente, arremete con esta verdad, usando el reconocimiento que hace Nicodemo llamándole maestro, para decirle, como realmente se puede caminar cerca de Dios. Mediante la regeneración del alma “nuevo nacimiento” (Tit. 3:5). 

 

Nicodemo, a pesar de ser un líder religioso, no comprende, mostrando, que sus actividades y posición religiosa no le habían dado una verdadera relación con Dios.

Nosotros somos definitivamente creados por Dios (Gn. 1:26), pero esto, no significa que todos caminamos con Dios. El pecado ha hecho separación entre nosotros y Dios (Gn. 3:1-23, Ro. 5:12), después de esta tragedia universal, el hombre ha intentado buscar sus propios medios para acercarse a Dios, la religión, la vida moral, las buenas obras, etc. Pero Dios ha establecido que, para poder estar cerca de Él, es necesario que pongamos nuestra fe en Cristo y vivamos la vida de obediencia (Jn. 14:6, 15). 

 

Este es el camino directo que Dios ha trazado, aquel que, desea vivir con El, necesita rendirse ante la cruz. Importante porque es Dios quien lo ha establecido (1 Co. 3:11), Él tiene la máxima autoridad, Jesús es la muestra del amor de Dios para llevarnos al padre. Si estas en la fe, puedes tener esta seguridad, como la tuvieron los apóstoles, no estas caminando a ciegas (1 Co. 9:16), sino, al reino eterno de aquel, que te llamo por su amor y excelencia a participar de su gloria (1 P. 2:9b).

 

Hermano, quisiera animarte a tener seguridad tu salvación en Cristo, aquella que nada puede estorbar (Ro. 8:37-39), y te llevará a la eternidad junto a tu salvador (1 P. 1:9), no te aferres a postulados religiosos ni te turbes por los de la vida o ataques que se levantan contra la verdad, la clave para caminar con Dios y vivir eternamente con El, es el nevo nacimiento. Amigo, aunque escuches que existen muchos caminos para acercarse a Dios, no lo creas, solo Jesucristo garantiza esa verdad, y si queremos acercarnos verdaderamente, debe ser rechazando nuestra vida de pecado (Stgo. 4:8). Hoy puedes participar de la regeneración mediante la fe en Cristo, para perdón de pecados y seguridad de salvación. Dios te bendiga.

 

Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Marcos 12-14

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