la descarada traición cometida contra Jesús

La descarada traición cometida contra Jesús  

Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche. (Jn. 13:21-30


Jesús hace consciente a Judas de lo que implicaba su traición, pero este no muestra ningún tipo de resentimiento o deseo de cambió en su actuar, así que, Cristo, se conmueve emocionalmente mostrando amor y tristeza por la falta de sensatez de este hombre (6:39). Él estaba agitado en su completa humanidad, por este y otros eventos que sucederían esta misma noche. Pero les anuncia que uno de ellos, sería la razón por la cual El, sin embargo, antes que alarmarse, ellos deberían identificar su control sobre estos acontecimientos. El perecería en manos de pecadores, pero era la voluntad del Padre (5:30) ellos confundidos miran alrededor buscando quien seria, aquel que cometería tal traición. (Mr. 14:19) nos muestra que ellos preocupados, comenzaron a sentir tristeza cuestionándose si serían capaces de hacer algo así. Y En este evento, Mateo señala que Judas tuvo el descaro de preguntar si sería El (Mt. 26:25).  


Jesús ante la pregunta de Juan quien estaba bastante cerca en este momento, por iniciativa de Pedro le pregunta y Jesús con voz baja comparte con Juan, como podría identificar aquel traidor que estaba junto a ellos. Algunos comentaristas como Jhon MacArthur “señalan que, se daba este honor de pan mojado a los invitados de honor” tomando esta referencia, podemos ver a Jesús mostrar su extrema bondad hasta el final a la persona de Judas (Ro. 2:4). Pero tal acto de hipocresía, le habilito para que satanás finalmente tomara su voluntad y lo encaminara a su descarada traición contra aquel que le amo hasta el final. Pero Cristo como señalo (10:18) muestra control de los acontecimientos diciéndole que se apresure hacer su destructiva obra. Ninguno entendió lo que Juan pudo identificar, pero este fue el inicio de la futura revuelva que vendría a Él en la noche más tarde, a tratarle como malhechor.  


Este acontecimiento a quedado plasmado en la historia, tanto para que identifiquemos la obra pecaminosa de este hombre, un hombre que pudo experimentar todos los milagros y las maravillas de Dios, pero nunca respondería a ella, porque era un hijo de perdición (17:12). Simplemente, no abrazaría la fe en El Mesías, y más aún, actuaría como que nada pasaba. También aprendemos sobre, la llamada acepción de personas que Dios no hace (Ro. 2:11), pero algunos piensan que sí. Judas tuvo una gloriosa oportunidad, pero simplemente la rechazo y no le importo. El decidió que no quería recibir las bondades de Jesús, no que no haya tenido la oportunidad, hoy día muchos se llenan de ideologías y falacias, para justificar sus malas acciones y atribuir incluso Adán y Eva sus desgracias, cuando ellos toman la decisión de dar la espalda a Dios y buscar refugio en su desenfreno (Stgo. 1:13-15).  


Pero también aprendemos de los rasgos de deidad de Cristo que nos muestran aspectos de su soberanía, su gran amor, compasión e inmutabilidad de aquello que había asumido desde que se humano para llevar a cabo los propósitos del Padre. Cada aspecto de su obra fue perfecto. Sin embargo, a pesar de nosotros haber sido beneficiados con la conquista de Cristo en la cruz, con nuestras debilidades muchas veces, deshonramos el nombre de Dios, con nuestras acciones, pensamientos o actitudes. En ocasiones dejamos que incluso, nuestras debilidades sean de obstáculo para que otros no se acerquen al evangelio, lo cual, es algo serio delante de Dios (Mt. 18:6), esto, sin embargo, no es una declaración de derrota por nuestra parte, sino un llamado a mantenernos fortalecidos en El (Fil. 4:13) y recordar, que Dios sabe todos nuestros pesos y aun así, murió por nosotros en la cruz (Ro. 5:8), esto afirma una vez más, la obra de gracia que hemos recibido, y que, aunque debemos honrar, no la ganamos con nuestro esfuerzo. 


Hermanos, debemos ser conscientes de cómo nos conducimos cada día, debemos procurar caminar en luz alejándonos de todo aquello que pueda afectar negativamente el nombre de Dios, no solo como un acto de temor, sino, como un acto de devoción y compromiso. No debemos ser desleales, contra aquel, que nos ha salvado y elevado nuestra dignidad introduciéndonos a sus planes, eternos, claro que, cualquier señal de menosprecio a Dios y su Palabra, sin la dirección del Espíritu Santo, es una clara evidencia de un corazón no regenerado (Ro. 8:9b). Así que, cuidemos cada día nuestro caminar y valoremos nuestra comunión con Dios. Amigo, pudiera ser que, por motivos religiosos, psicológicos o filosóficos estés luchando hoy día con l incredulidad, es tu derecho escoger que creer, pero quiero recordarte que, cada acción tiene una consecuencia, esa es precisamente la ley de la causalidad. Dios ha establecido que cada uno habrá de enfrentar la muerte y después un juicio (He. 9:27), en el mismo, se verificara cual fue la respuesta que el hombre dio a la obra de la cruz y si fue negativa, tendrá sus consecuencias. Por tanto, ven a Cristo hoy con fe, y disfruta de su amor. Dios te bendiga.


Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Levítico 1-3 


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