Cuando el corazón evidencia su incredulidad
Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, más mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. (Jn. 6:30-33)
Resulta bastante revelador leer estas Palabras que Juan nos comparte, esta multitud había visto a Jesús, hacer el milagro de sanar enfermos Vv. 2, les enseña maravillas sobre el reino de Dios (Mr. 6:34), multiplicar los alimentos para más de cinco mil personas (Mt. 14:19-21), incluso pudiéramos resaltar el hecho de que, misteriosamente cruzo el mal sin ellos entender cómo, y tienen la osadía de preguntar que señal podría hacer Cristo para que ellos pudieran creer en El. Un soberano descaro que evidencia su incredulidad (Mr. 6:52b). No obstante, a esta insensatez, de hablarle sobre la alimentación de Moisés en el desierto, intentando sugestionarle para que les hiciera lo mismo a ellos (Ex. 16:4).
Ellos tenían más que suficiente para como El los animo Vv. 29 pudieran creer, sin embargo, ellos solo están interesados en que le satisfagan sus necesidades, Jesús acertadamente rechaza satisfacer sus caprichos, los cuales solo ayudarían a que su mal corazón se acercara a Dios por razones incorrectas y estuvieran ellos dispuestos a todo con tal de hacerlo rey sobre ellos y comenzar asi una revolución social. Ellos claramente no entendían que este no es el reino que Jesús vino a conquistar para el hombre (Jn. 18:36). Sin embargo, les enfatiza la superioridad del Mesías enviado de Dios, aquel que satisfaría su hambre espiritual, dando vida a todos aquellos que creyeran (Jn. 3:16). Algo que enfatizara más adelante. Ellos aun no entendían que el propósito del maná apuntaba al pan de vida que vendría en la persona del Mesías.
En ocasiones nos resulta fácil identificar lo errado de estas acciones, pero no es tan fácil cuando se trata de nuestras propias vidas. Cuando una persona se enfoca más y más en las cosas materiales que Dios puede hacer por el o ella. Ignorando completamente sus necesidades espirituales, está actuando bajo el mismo principio de fanatismo incrédulo que solo busca de Dios por intereses egoístas (Jn. 6:26). En este momento histórico, hemos olvidado que Dios ha prometido que ciertamente el juzgo no ha de mendigar pan (Sal. 37:25) enseñando que las necesidades van a ser provistas por El, pero más aun, Jesús enfatiza que, para que tengamos una verdadera satisfacción en la vida y veamos la obra de Dios en medio nuestro, hemos de buscar primera y sinceramente a Dios y su voluntad para nuestras vidas ya si veremos como Él se manifiesta en todas las demás necesidades (Mt. 6:19-21, 26-33).
Cuando una persona se acerca a Dios buscando cualquier otra cosa que no sea la salvación de su alma, primeramente, está buscando a Dios por las razones incorrectas, no importa cual usted piensa que sea la dificultad en su vida, su mayor problema es el pecado. Razón por la cual El favor de Dios no se hace manifiesto en su vida (Sal. 7:11, Is. 59:2). Hasta que no haya una completa comprensión de esto, la persona no podrá ser salva, pero tampoco el creyente podrá disfrutar de una verdadera comunión con su creador. Esta es la razón por la que, Santiago escribe a la iglesia diciéndoles que ellos no podrán obtener nada de Dios porque no han sabido buscar lo más importante sino enfocarse en cosas pasajeras (Stgo. 4:2-3), si ellos anhelaban realmente ver a Dios obrar en toda la bondad que posee (Stgo. 1:17), deberían buscar primeramente su sabiduría andando en su temor (Stgo. 1:5-6).
Hermanos, en ocasiones caemos en error de olvidar las maravillosas promesas que Dios nos ha dado (1 Co. 2:9; 2 P. 1:4) y empezamos a enfocarnos en las cosas materiales que son perecederas (1 Jn. 2:17ª), es importante que identifiquemos si realmente estamos buscando a Dios por quien es El, y por las maravillas que ha hecho en nuestras vidas (Sal. 126:3). Pedro escribió a un grupo de creyentes que estaba experimentando diversas situaciones adversas, pero sin embargo para ellos, la persona y obra de Cristo eran algo más glorioso que los problemas (1 P. 2:7), si hemos de mostrar fe, hemos de gloriarnos y alegrarnos en Dios y su grandeza antes que por sus dones.
Amigo, tal vez has identificado que la razón por la cual, no has podido desarrollar una relación verdadera con Dios, es porque estas esperando que El haga cosas que no son las más importantes en tu vida y que no generarían la fe verdadera en tu corazón y vez que tu corazón ha sido realmente duro en ese sentido (Mt. 12:39), pero Dios puede darte un nuevo corazón y una nueva esperanza (Ez. 11:9), solo necesitas entender que tu mayor necesidad es la salvación y buscar en el único que puede ofrecerla Jesús (Hch. 4:12), no permitas que motivos incorrectos o secundarios estorben tu comunión. Dios te bendiga
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