Malas intenciones presentadas ante Cristo

Malas intenciones presentadas ante Cristo

Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella… (Jn. 8:1-7)

 

Este es un relato que ha generado muchos debates teológicos, algunos sugieren que se agrego posterior a la era apostólica, otros que sucedió pero que no necesariamente debería estar ubicado a esta altura del ministerio de Cristo, pudiera ser (7:32, posterior al Vv. 36, Lc. 21:38) otros padres de la iglesia temprana lo omitieron pensando que fomentaba que Jesús no tomaba en serio la inmoralidad sexual, en todo caso, Dios ha permitido que lo tengamos aquí, que formo parte de un evento vivido por los apostoles y creemos que sus enseñanzas tienen valor para nosotros. Se nos dice que, luego de terminar la fiesta, al otro dia, mientras Jesús enseñaba llevaron a esta mujer sorprendida en adulterio, con el fin de avergonzarlo públicamente. Esta mujer fue humillada públicamente, apresada, pudiera esperar en custodia mientras llevaban el caso a Cristo, pero querían lapidarla Vv. 5 y ver cuál era su respuesta.

 

Los fariseos piden la opinión de Cristo sobre lo que Moises expreso al respecto en el séptimo mandamiento (Ex. 20:14, Lv. 20:10), Ellos intencionalmente ni llevan al hombre ni llevan la mujer a las autoridades locales, sino que desean evidenciar a Jesús como uno que se resiste a la ley o como uno con poca compasión, a su parecer lo pusieron entre la espada y la pared. Jesús conocía la ley e incluso la habia enseñado llevándola a un nivel interno de corazon, adulterar pudiera ser algo de pensamiento (Mt. 5:27-28). Sin embargo, aquí, decide no responder, decide escribir en tierra algo que no podemos saber a ciencia cierta pero que evidenciaría la maldad en los acusadores, ellos ven que no responde y le insisten ahí les dice, que aquel mejor que ella lanzara la primera piedra Vv. 7. De esta manera entendieron, no solo que no tenían contra la pared a Jesús, sino que, El estaba mirando los corazones de ellos y si hablaba quienes terminarían avergonzados serian ellos.

 

En la primera parte de este relato, vemos la maldad imparable de los fariseos, su falta de escrúpulos ante los pecados de otros, mientras ellos mismos guardaban de los peores pecados (Mt. 23:4) y como su incredulidad le llevaba a cometer todo tipo de acciones pecaminosas con tal de, obtener la aprobación de los hombres y presentarse como mejores a los demas. Esto es algo que debemos considerar seriamente, muchas veces se ha dicho aquel refrán popular: “Cuando el rio suena es porque agua lleva” sugiriendo que cuando algo se oye, es porque puede ser verdad, pero muchas veces, ese algo suena solo por las palabras maliciosas de quienes inventan calumnias. No podemos permitir que nuestras debilidades nos hagan tentar a Dios, viviendo las mismas actitudes hipócritas, mal intencionadas y acusatorias de los fariseos para con los demas. Mas bien debemos procurar la honestidad y restauración, aun ante las caídas de otros creyentes (Ga. 6:1).

 

La Biblia nos estimula a tener misericordia y ayudar con las carnes a los hermanos en la fe (Ga. 6:2), considerando las mismas actitudes o acciones que nos gustaría recibir ante un error cometido (Lc. 6:31), entendiendo que ninguno esta excepto del error del pecado en cualquiera de sus manifestaciones (1 Co. 10:12). Asi que, tentamos a Dios, cuando actuamos contrarios a su evangelio y abusamos de la paciencia que tiene cada dia para con nuestras debilidades, y es allí, que antes de mirar los errores en los demas, debemos preguntarnos si aquellas cosas reveladas por su Palabra y Espiritu que no debemos tener en nosotros, nos impulsa a la misma dureza con la que a veces estamos dispuestos a tratar a los demas.

 

Hermanos, tenemos que cuidarnos del espiritu inquisidor que en ocasiones queremos tener ante las fallas de los demas ignorando (Lc. 6:36), especialmente esas fallas, que nosotros presentamos exagerándolas, la misericordia e intento de ayuda debe estar presente cuando llevamos las luchas o caídas de nuestros hermanos (Os. 6:6), esto no tienen nada que ver con tolerar el pecado, pero tiene que ver con ayudar a levantar y cuidarnos de no estar poniendo cosas en la vida de otros, solo porque nuestros corazones se inclinarían a dichas practicas (Tit. 1:15). Amigo, Tal vez no haya un espiritu de critica y chisme en, posiblemente no harías algo como esto a una mujer, sin embargo, hay cosas en tu vida en las que pudieras estar tentando a Dios, la obstinación por no buscarle, rechazar su Palabra, ignorar su misericordia, etc. Dios va obrar con justicia en su momento, y lo mas importante es que estemos preparados y hayamos sido perdonados en Cristo (He. 9:27). Dios te bendiga

 

Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Hebreos 7-9

 

 

 

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