El testimonio del Espiritu Santo en los creyentes

El testimonio del Espíritu Santo en los creyentes 

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Jn. 16:12-15


Luego de Cristo enfocar la obra que Dios desea hacer a través de sus hijos a los corazones no regenerados que responderán a la luz, Jesús les confiesa que hay muchas cosas que aun quisiera decirles, a pesar de las grandes enseñanzas que les comunico que no están registradas (21:25), las razones compartidas por su tristeza Vv. 6 y porque no tenían el discernimiento todavía para sobrellevarlas. Ellos no estaban preparados para entender la cruz que como siervo sufriente debía de cargar. Tal como sucedió con la resurrección que les había avisado (2:15-21), y no entendieron sino hasta después del evento. Pero todo esto habría de cambiar luego de la manifestación del día del pentecostés que nos registra (Hch. 2), aun sus cimientos más profundos de la ley serian removidos en esta nueva etapa del cumplimiento de la gracia. 


El Espíritu Santo, les capacitaría para comprender todas las verdades necesarias que tienen que ver con ellos y el ministerio que iban a desarrollar, les iluminaria sobre la persona de Cristo (15:26), sus propósitos para con la iglesia y el desarrollo que Dios en su soberanía decidiría revelar a su pueblo (Dt. 29:29; 2 P. 1:21). Cada don que El Espíritu otorgare, seria con el fin de dar más luz sobre la vida y obra redentora de Cristo. Llevando al creyente a vivir la vida que glorifica a Dios Padre, por la fe en el Hijo. Toda Palabra que revelara El Espíritu seria verdad (1 Co. 2:10-16), en plena armonía con la verdad ya revelada y escrita que tiene el poder de obrar santificación en la vida del creyente (17:17), estas verdades que vienen de la voluntad de Dios, contribuirían a la piedad de la iglesia (2 P. 1:3a). El Espíritu no vendría con un mensaje diferente e innovador, sino uno, que mostraría más la grandeza de la obra del hijo y las implicaciones en la vida diaria y eterna.  


La continuidad de la obra del Espíritu Santo, continua latente a la iglesia el día de hoy, El sigue capacitando a los creyentes con dones según su voluntad y propósito (1 Co. 12:11), El mismo Espíritu también, sigue trayendo luz y santificación a nuestras vidas, para que podamos caminar en la voluntad del Padre (Ro. 8:26), entre obras que tienen que ver con los medios de gracia. Algo que no podemos perder de vista, es el hecho de que, El Espíritu Santo, no vino para desplazar las Palabras del hijo, sino más bien, a capacitarnos para comprender s mensaje. Cuando una persona viene con algún mensaje diferente apelando a que esta es una nueva revelación del Espíritu Pablo nos aconseja que le consideremos anatema (Ga. 1:6-9) Ósea excluido de la verdadera fe que se adecua al evangelio de Cristo.  


Dentro de las funciones principales del Espíritu Santo en nuestras vidas, sigue siendo, una prioridad guiarnos a conocer más de Dios y comprender cada día, la obra que El padre ha hecho por nosotros. El da testimonio a nuestro ser de que somos hijos de Dios (Ro. 8:16), nos da El dominio propio para vivir la vida de sanidad que El Padre desea que vivamos (2 Ti. 1:7), y sigue guiándonos a través del servicio que realizamos para exaltar la gloria de Dios, siendo El mismo, la seguridad de que estaremos eternamente con nuestro creador y salvador (Er. 1:14). Esta y otras declaraciones de las escrituras, deben motivarnos alejarnos del pecado para no contristarlo y opacar los planes del Señor para nuestras vidas (Ef. 4:30). Cuando un creyente vive en plena comunión con El Espíritu Santo, evidenciara frutos que serán consistentes con el amor y los planes de Dios en la vida de sus hijos (Ga. 5:22-23). 


Hermanos, existen dos cismas de los cuales debemos cuidarnos, porque están afectados por falsas ideas legalistas o liberales, 1. No debemos caer en el error de enfatizar los dones del Espíritu desconectados de los propósitos que nos revelan las escrituras, Tal como sucedió a la iglesia de Corinto, pero 2. Tampoco debemos anular su obra viéndolo como una simple influencia intelectual que no afecta nuestra vida o relación con Dios. recordemos que, El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, por lo tanto, es Dios mismo y aquel que nos acompaña en cada aspecto de nuestras vidas. Amigo, lo cierto es que, sin una relación personal con Jesucristo por la fe y el arrepentimiento, no podrás comenzar a relacionarte con El Espíritu Santo, la Biblia es clara sobre la necesidad de la regeneración antes de su compañía (Ef. 1:13), por tanto, hoy te animamos, a reconocer tus pecados y pedir la salvación a Dios, que te habilitará para comenzar una relación espiritual y personal con El. Dios te bendiga 


Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Números 22-25 


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