Solo Jesús es, el enviado de Dios y Dios
Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo? Pero éste, sabemos de dónde es; más cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió. (Jn. 7:25-29)
Los judíos viajeros, quienes conocían las intenciones malvadas de asesinato hacia Jesús y que ellos habían, descaradamente negado Vv. 20, se preguntan, ¿Por qué no hacen algo si lo tienen al frente? Los lideres pudieran estar pensando en la revuelva que pudiera ser arrestarle, especialmente porque muchos habían sido cautivados por sus palabras, las cuales ellos escucharon sin decir nada Vv. 21-23, lo que produce la sorpresa de estos judíos. Aquí vemos, además, que Jesús contrario a lo que sus hermanos pensaron, no se regía por el miedo a los fariseos Vv. 3-5. El predicaba abiertamente. Sin embargo, la confusión de las personas no solo era religiosa sino según los estamentos de la ley, pues les confundía saber que conocían la procedencia de Cristo, y el Mesías no tendría genealogía. Un pensamiento erróneo, pues las genealogías precisamente estaban ahí, para que El Mesías sostuviera su derecho a reinar y enseñar tal como Mateo y Lucas señalan al inicio de sus libros, aunque sin descendencia posterior (Is. 53:8).
Jesús les reprende diciendo que ellos, bien pudieran conocer su origen étnico, pero no su origen y autoridad divinas, a las que, las estaba exponiendo y haría a lo largo de su ministerio. Todo esto evidenciaría su falta de comprensión espiritual sobre Jesús y la voluntad de Dios. A pesar de su esfuerzo por guardar la ley, a pesar de las maravillas que Dios había hecho históricamente sobre ellos, a pesar de todo privilegio, ellos habían errado en conocer y caminar a Dios, pese a que lo profesaban con orgullo. Esta misma mala actitud y condición les había ocasionado problemas en el pasado (Os. 4:6), pero una vez más, los vemos sumergidos en sus antagónicos pensamientos. Así finalmente señala su origen divino y nacimiento milagroso, El conocía al Padre, y Dios lo había comisionado para hacer maravillas en su pueblo Vv. 16. En todo sentido, solo Jesús es Dios, y no todos pudieron verlo ni ser favorecidos por El, por su incredulidad.
En un mundo lleno de religiones y con un alto concepto ideológico de la vida, se hace necesario volver a enfatizar el hecho de que, solo Jesucristo es Dios, aquel Enmanuel que se encarnó para que tuviéramos la oportunidad de escapar de la condenación (Mt. 1:21-23). Todos aquellos precursores de ideologías o religiones, humanamente hablando comparten el mismo destino de aquellos incrédulos, todos están sujetos a la muerte y a permanecer en esa condición. Pero solo Jesús es Dios y se levantó por su poder (Hch. 2:32, Ro. 8:11), Solo El es el dueño y administrador de todas las cosas que han sido creadas compartiendo la plena divinidad con Dios El Padre (1:1-3). Cualquiera que comprenda su condición delante de Dios, debe saber que solo en El, encontrara el acceso directo al creador (14:6).
Una de las cosas más importantes cuando hablamos de la deidad de Dios y como El, es el único camino para experimentar una relación personal con Dios. es el hecho de que, debemos seguir la Palabra escrita, la cual debe afectar, tanto nuestros pensamientos, como nuestros caracteres y nuestras almas. Todo nuestro ser debe estar involucrado mediante la fe para poder creer al Dios verdadero y tener una verdadera comunión (4:23-25), por eso Pablo hace un llamado diciendo (1 Tes. 5:23) la plenitud de nuestro ser debe estar involucrada en la búsqueda de Dios y el caminar cada día según sus mandamientos. De lo contrario pudiéramos caer, en un letargo que estorbe significativamente, nuestra capacidad de reconocer tanto la deidad de Cristo, como la dirección que desea operar en nuestras vidas.
Hermanos, ser cristiano, se trata no solo de creer, pues aún, los espíritus malos pueden hacer eso (Stgo. 2:19), el llamado es a que, reconociendo quien es El y cuál es su procedencia, nos sometamos completamente a su dirección, esta dirección ahora involucra una dependencia a la dirección de su Espíritu (16:13ª; Ro. 8:16) y vivir convictos de todo aquello que nos establece en su Palabra (He. 1:1-2), la falta de fe, solo encamina al hombre a cometer los mismos errores que los fariseos cometieron y les impío ver la gloria de Dios. Amigo, es indispensables que te comprometas no a tener conocimiento del Jesús históricos, sino, con la obra que desea efectuar en tu corazón, una obra de regeneración que solo puede ser posible gracias a la presencia del Espíritu santo que envía al corazón del hombre una vez que, este se arrepiente de sus pecados y vive ahora por la fe (Hch. 2:38, 3:19-20). No camines confiando que, Jesús fue un buen hombre, que vivió una vida digna de imitar, porque solo la regeneración, y la unión a su Espíritu es la que nos asegurara las riquezas de su gracia. Dios te bendiga.
Acompáñanos a leer la Biblia en un año: 1 Timoteo 1-3
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