Sobre Dios
Creemos en Dios, único y verdadero sobre todo ser físico y espiritual (Dt. 6:4), que habita en tres personas divinamente enlazadas Padre, hijo y Espíritu Santo, compartiendo la misma esencia y naturaleza divina ejerciendo diferentes funciones (Mt. 28:19; Ef. 1:3-14). Quien se ha revelado asi mismo como creador por excelencia de todo (Gn. 1-2), un ser espiritual, soberano, eterno quien posee otros atributos que son exclusivos de Él, y otros que ha compartido con el ser humano (Gn. 1:26), Quien, además, interactúa de manera pasiva y activa en su creación (Dt. 4:7; 1 P. 3:12)…
Sobre Cristo
Creemos en Cristo, como el eterno hijo de Dios engrandado en la eternidad (Col. 1:15-17), comparte igualdad y eternidad con Dios el padre (Jn. 10:30), creemos que fue concebido por El Espíritu Santo naciendo asi, de la virgen María, humanándose para cumplir los planes eternos de traer redención a todo aquel ponga su fe en El (Mt. 1:21; Hch. 4:12) por su vida sin pecado, muerte y resurrección ahora está posicionado como cabeza de la iglesia (Col. 1:18) y único medio intercesor entre Dios y los hombres, (1 Ti. 2:5), siendo la cabeza y autoridad máxima de la iglesia (Fil. 2:8-11)…
Sobre El Espíritu Santo
Creemos en El Espíritu Santo, como la tercera persona de la divinidad, comparte igualdad y coeternidad con El Padre y el hijo (He. 9:14), creemos que guía al hombre a conocer la verdad sobre Dios guiándole a comprender todo pecado, justicia y juicio haciendo efectivo el evangelio en el ser humano (Jn. 16:7-9, 16ª), creemos que habita en cada persona que ha sido regenerada bautizándolo con su presencia hasta la eternidad al momento de la salvación (1 Co. 6:18; Ef. 1:13-14), dando dones a los creyentes para llevarlos a glorificar a Dios (Jn. 16:14; 1 Co. 12:7-11)
Creemos que la Biblia, es la Palabra de Dios
Sobre la Biblia
Creemos que la Biblia, es la Palabra de Dios (2 Ti. 3:16), que nos muestra lo que ha decido revelar sobre si y el hombre (Dt. 29:29), inerrante e infalible en su propósito eterno, creemos que Dios inspiro a sus santos hombres preservando sus estilos, para traer su mensaje a la humanidad (2 P. 1:21), que está formada por 66 libros, y el canon fue completado con el libro de apocalipsis. En ella encontramos dirección infalible sobre la vida y creencias que rigen la iglesia mostrando la voluntad de Dios (Sal. 119:105; He. 4:12), la misma debe ser proclamada con autoridad y fidelidad (Hch. 20:27)…
Sobre el hombre
Creemos que el hombre, fue creado por Dios a su imagen y sin pecado, con pureza e inocencia con el cual compartió una relación personal (Gn. 1:26; 2:15-17), creemos que por voluntad propia el hombre peco rebelándose contra Dios perdiendo su relación directa con El (Gn. 3:6-23), y que ahora todo hombre nace en pecado sin disposición de buscar naturalmente a Dios y con la necesidad de redención (Sal. 51:5, Ro. 5:12), la cual únicamente puede obtener en la persona de Cristo, medio que Dios mismo ha establecido (Jn. 3:16; Hch. 4:12), acto del cual puede participar solo por gracia divina (Ef. 2:5-9)…
Sobre la Iglesia
Creemos que la iglesia, fue creada por Dios y establecida por Cristo, siendo El la Roca, y fundamento sobre la cual esta edificada (Mt. 7:24-25; Ro. 9:33), creemos en la iglesia universal, la cual, está formada por todos los que han puesto su fe en Cristo en el mundo, congregados en comunidades locales autónomas, con líderes establecidos por la iglesia (1 Ti. 3:1-13), siendo dirigidos por las escrituras como norma, bajo su total autoridad y dirección Espiritual (Ef. 1:21-13; 5:23). Creemos que los propósitos principales son glorificar a Dios y proclamar el evangelio de Jesucristo (Ef. 1:6; Hch. 1:8)…
Sobre las ordenanzas
Creemos que la iglesia se rige por la palabra de Dios, y que la misma ha establecido dos practicas centrales que deben ser observadas fielmente, el bautismo y la santa cena (Mt. 28:19-20; 1 Co. 11:23-32). Creemos que el bautismo Bíblico se realiza por inmersión (Jn. 3:23) luego de la persona haber confesado a Cristo como salvador, mostrando públicamente un acto de obediencia, testificando que a muerte al pecado y resucitado para una vida nueva (Hch. 2:38; Ro. 6:3-5). La santa cena, es el acto solemne de conmemoración de la obra de Cristo, hasta su regreso practicado solo por los creyentes…
Creemos que los propósitos principales son glorificar a Dios y proclamar el evangelio de Jesucristo
El hombre y la eternidad
Creemos que el alma del hombre es eterna (Mt. 10:28), esto implica que, a pesar de que el hombre muera en esta vida que Dios le ha permitido vivir (Jn. 5:21), hay una diferencia entre aquellos que han respondido a su necesidad de salvación quienes serán levantados para vida y, aquellos que han rechazado la salvación y serán levantados para condenación (Jn. 5:29; Ap. 21:7-8). Creemos que Dios creo al hombre para vivir eternamente, pero el pecado estorbo ese propósito y Dios entrego su hijo para que el hombre por fe (Ef. 2:5), pueda vivir eternamente en el cielo, junto a Él ( Ap. 21:3-4)
El gobierno civil
Creemos que Dios ha establecido las autoridades civiles para que regulen el buen orden en las sociedades, creemos que Dios permite su gestión por propósitos divinos y según la realidad del pueblo (Ro. 13:1-7; 1 P. 2:13-14), por esta causa, la iglesia debe honrar al gobierno con disposición de obediencia a las leyes, orar por ellos y ser un ejemplo de piedad en la sociedad (1 T. 2:1-7; Tit. 3:1), esta obediencia está sujeta a la armonía de las mismas, con las leyes de Dios, la obediencia a Dios debe ser siempre priorizadas sobre el gobierno, por ser Él, la máxima autoridad (Mt. 22:21; Hch. 5:29)
Las Ordenanzas
Enseñamos que el hombre por sus pecados esta, apartado de Dios desde su nacimiento (Sal. 51:5; Ro. 5:12) y enfrentara el juicio de Dios si muerte en esa condición (Ro. 6:23ª; He. 9:27). Enseñamos que la salvación es un regalo de Dios, obtenida por gracia solamente, como la Biblia sostiene y los reformadores reafirmaron en medio de una gran confusión religiosa (“Sola Gratia”), a través de la fe solamente (“Sola Fide”) (Ef. 2:8-9), en Cristo solamente (“Solus Christus”) (2 Timoteo 1:9), por la voluntad soberana de Dios solamente y para la Gloria de Dios solamente (“Soli Deo Gloria”) (Ef. 1:4-6; Jn 6:44; Ro. 9). Creemos que Dios, escoge y que, antes de su nacimiento sabe quiénes responderán con fe a su llamado y quienes no (Je. 1:5; Ef. 1:4-6).
Aunque la salvación es una decisión divina que depende solamente de la gracia soberana de Dios, la Palabra enseña que el hombre es responsable de sus acciones (Juan 3: 36; Santiago 1:13-14) y debe responder a la obra de cruz (Jn. 3:16-21). Enseñamos que sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados (He. 9:22) y solamente el sacrificio de Cristo en la cruz puede proveer el perdón de nuestros pecados (1 Co. 6:20). De esa forma pasamos de la esclavitud a la libertad, de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida (Ef. 2:1-2). El hombre necesita arrepentirse y convertirse de sus pecados para encontrar perdón y el nuevo nacimiento espiritual (Hch. 3:19-20; 2 Co. 5:17), así, una vez que confiesa con un corazón arrepentido a Cristo, recibe el derecho divino de ser llamado hijo de Dios y ser coheredero de la conquista de Cristo (Jn. 1:12-13; Ef. 3:6)…
Postulado de Salvación
Enseñamos que el hombre por sus pecados esta, apartado de Dios desde su nacimiento (Sal. 51:5; Ro. 5:12) y enfrentara el juicio de Dios si muerte en esa condición (Ro. 6:23ª; He. 9:27). Enseñamos que la salvación es un regalo de Dios, obtenida por gracia solamente, como la Biblia sostiene y los reformadores reafirmaron en medio de una gran confusión religiosa (“Sola Gratia”), a través de la fe solamente (“Sola Fide”) (Ef. 2:8-9), en Cristo solamente (“Solus Christus”) (2 Timoteo 1:9), por la voluntad soberana de Dios solamente y para la Gloria de Dios solamente (“Soli Deo Gloria”) (Ef. 1:4-6; Jn 6:44; Ro. 9). Creemos que Dios, escoge y que, antes de su nacimiento sabe quiénes responderán con fe a su llamado y quienes no (Je. 1:5; Ef. 1:4-6).
Aunque la salvación es una decisión divina que depende solamente de la gracia soberana de Dios, la Palabra enseña que el hombre es responsable de sus acciones (Juan 3: 36; Santiago 1:13-14) y debe responder a la obra de cruz (Jn. 3:16-21). Enseñamos que sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados (He. 9:22) y solamente el sacrificio de Cristo en la cruz puede proveer el perdón de nuestros pecados (1 Co. 6:20). De esa forma pasamos de la esclavitud a la libertad, de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida (Ef. 2:1-2). El hombre necesita arrepentirse y convertirse de sus pecados para encontrar perdón y el nuevo nacimiento espiritual (Hch. 3:19-20; 2 Co. 5:17), así, una vez que confiesa con un corazón arrepentido a Cristo, recibe el derecho divino de ser llamado hijo de Dios y ser coheredero de la conquista de Cristo (Jn. 1:12-13; Ef. 3:6)