Celo santo por las cosas espirituales

Celo santo por las cosas espirituales

 

Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. (Jn. 2:13-17).

 

Juan registra que, este evento sucedió antes de Jesús comenzar oficialmente su ministerio, y muestra la gran indignación que Cristo sintió, al ver como el templo “lugar que debería ser consagrado a temas espirituales” se había convertido en un mercado ambulante. Especialmente en una de las fechas más importantes para el pueblo, donde debería conmemorarse la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud (Ex. 12). Así que, toma un momento para hacer un azote “Lo que nos dice que su celo no fue impulsivo o pecaminoso” más bien, su celo muestra el fuerte compromiso que Jesús tenía con ver al pueblo cumplir con la obediencia a la manera de Dios. Por lo que, en cierta manera, aplica así el verdadero propósito que tenía la Pascua, la Purificación. Expulsando y quitando todos aquellos negocios “algunos bastante corruptos” por la inflación que tenían los precios por la fecha y la facilidad de venta. Jesús muestran un celo por la santidad de aquel lugar que, aún, los mismos discípulos habían olvidado, como parte del deterioro religioso que el pueblo experimentaba por las tradiciones religiosas (Mt. 15:8).

 

El texto debería funcionar como recordatorio para nosotros, de lo serio que sigue siendo la santidad para nuestro Dios, estamos en un momento donde existen muchos creyentes que han olvidado lo serio que es este aspecto en la vida cristiana (He. 12:14), Para la comunión con Dios y la adoración que le ofrecemos (Jn. 4:24). Todo tiene un tiempo, y un lugar (Ec. 3:1). Estos judíos cayeron en el error, de querer aprovechar la multitud para hacer sus negocios, en vez de acercarlos más a Dios. Tal como vemos a muchos en nuestro tiempo, quienes, en nombre de Dios, toman la fe para hacer negocio de ella, ignorando el gran problema que se acarrean ante Dios de disciplina y castigo (Mt. 7:21-23; 2 P. 2:1-3). También vemos una falta de reverencia en muchos lugares por creyentes en los lugares de adoración, que se evidencian en actitudes, vestimentas, o acciones que no son acordes al tiempo ni lugar.

 

Hermanos, estamos llamado a ser reverentes y cuidadosos con los lugares que han sido dedicados a la adoración, no verlos como un simple lugar. Esto incluye cuidar nuestro cuerpo, que es templo del Espíritu (1 Co. 6:18), debemos consagrar todo lo que hacemos para nuestro Dios, viendo nuestras vidas como un acto de adoración y consagración en todo sentido. Amigo, si aún estas sin Cristo, debes saber que, todo esfuerzo moral que hagas seguirá manchado por tu pecado, y, a menos que seas limpiado por la sangre de Cristo (Is. 64:6, Hch. 3:19), no tendrás acceso a Dios, Hoy puede ser ese día, donde tu vida es consagrada y tu proceder se haga agradable a Dios mediante la obra de Cristo sobre ti, clama a Él con fe. Dios te bendiga.

 

Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Marcos 3-5