La vida espiritual que solo Cristo ofrece
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre (Jn. 5:25-27)
Jesús aquí una vez más hace una declaración enfática sobre una verdad eterna, va del presente al futuro enfatizando que, El ofrece a los que le reciben una vida nueva en sentido que antes estaban muertos en sus delitos y pecados (Ef. 2:1-3), esta vida viene transformada (2 Co. 5:17), aquellos que prestaran atención a sus palabras y fueran de aquellos que soberanamente responderían a su mensaje, recibirían la vida eterna, solo al escuchar al Mesías (Jn. 8:47ª), solo de esta manera alguno podría experimentar verdaderamente a Dios (Stgo. 4:8), pero la condición claramente es escuchar su voz con disposición y aceptación (He, 3:7b). Básicamente Jesús está hablando de la obra de la salvación en el corazón del hombre, una obra que, si bien comenzaría, durante su ministerio, seria afirmada al entregar su vida en expiación por el pecado en la cruz (Fil. 2:8).
Tristemente los lideres religiosos, atrapados por sus actividades más que por su real deseo de ver al Mesías, no entendían el peso que tenían estas Palabras y su necesidad de las mismas, estaban con el entendimiento cegado (2 Co. 4:4), a pesar de la pomposa obra religiosa que profesaban, como Jesús dijo, solo eran ciegos guías de ciegos (Mt. 15:14), Jesús se revela ante ellos, y se evidencia como aquel Mesías que establecería un nuevo pacto entre Dios y el pueblo, obrando una transformación espiritual y de corazón (Ez. 36:26-27), la falta de esta obra espiritual les impedía comprender el mensaje y llamado de Dios (1 Co. 2:14), por esto, ellos viendo no vieron ni oyendo oyeron, porque estaban insensibilizados a toda buena obra.
Este es un aspecto muy importante, a la hora de entender cómo podemos nacer de nuevo, hoy día, cuando se trata de hacer cambios, se hacen mucho énfasis en la fuerza de la voluntad, otros hablan de acciones y sacrificios que ofrecen una transformación, otros de la vida religiosa y muchos otros, tratan este cambio de manera meramente psicológica. Dios ha hablado, cuando una persona se arrepiente y convierte de su mal camino, solo entonces vera la obra de Dios en su corazón (Hch. 3:19-20), Este es el poderoso mensaje del evangelio que Cristo compartió para que todo aquel que creyere en Él sea salvado (Ro. 1:16-17). Solo El vivió la vida que no podríamos vivir y murió la muerte que todos merecíamos para que En el podamos ser llamados hijos de Dios (1 Jn. 3:1), este es un total privilegio que nos ha sido dados por gracia (Ef. 2:5).
Claramente Jesús es la única oportunidad que tenemos para restablecer la relación perdida por las garras del pecado, con el cual venimos a este mundo (Sal. 51:5), este mismo pecado, hace que nuestras mejores obras, comparadas con la cruz, sean como trapos de inmundicia (Is. 64:6), pero gracias sean dadas a Dios, que a pesar de vernos sumergidos en nuestras debilidades nos perdonó y salvo en la persona de Cristo (Ro. 5:8), Hoy podemos disfrutar de la salvación y la seguridad de que nuestros pecados han sido pagados y disfrutamos de una verdadera paz con Dios (Ro. 5:1; 2 Co. 5:21). Ahora estamos llamados a que nuestras vidas, puedan ser un faro de luz y bendición para todos aquellos que están en tinieblas, pero necesitan un modelo que les acerque a la obra espiritual que Dios ofrece (Mt. 5:14-16; Fil. 2:15).
Hermanos, que maravilla es tener una vida nueva en la persona de Jesucristo, que bueno es saber que nuestros pecados han sido perdonados y Dios no nos culpa más sobre ellos (Ro. 4:8). que Bueno es ahora poder comprender las cosas espirituales, por la obra del Espíritu Santo que mora en nosotros (1 Co. 2:10), nunca debemos pormenorizar este grandioso privilegio de vida nueva que hemos recibido en Cristo, sino más bien, recordar cuanto costo nuestra salvación y vivir cada día, en la dignidad de ese llamado (Ef. 4:1).
Amigo, si has intentado buscar diferentes medios para poder tener una verdadera comunión espiritual, sabes que nada de eso es suficiente, para estar cerca de Dios, tenemos que acercarnos indudablemente a Jesucristo con fe y arrepentimiento, solo en El tendrás una verdadera seguridad (1 P. 2:6), clama al Señor para que en su misericordia se revele a tu vida y obtengas la abundancia que acompaña aquellos que han respondido de manera positiva al evangelio, oramos por su salvación.
Dios te bendiga.
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