Esfuerzo – Iglesia Jesús es la Roca https://ibjrcur.org Edificando Vidas en Cristo Tue, 28 Jun 2022 04:29:15 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://i0.wp.com/ibjrcur.org/wp-content/uploads/2020/03/LOGO-WORDPRESS-02.png?fit=28%2C32&ssl=1 Esfuerzo – Iglesia Jesús es la Roca https://ibjrcur.org 32 32 198623817 La valentía de Jesús, y el coraje de Pedro https://ibjrcur.org/la-vida-de-jesus-y-el-coraje-de-pedro/ https://ibjrcur.org/la-vida-de-jesus-y-el-coraje-de-pedro/#respond Tue, 28 Jun 2022 11:00:00 +0000 https://ibjrcur.org/?p=3970

La valentía de Jesús y el coraje de Pedro 

Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; más Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. (Jn. 18:12-16) 


Dentro de esta turba de personas incrédulas, había lideres religiosos, oficiales del templo e incluso gentiles (Lc. 22:52), A pesar de ver la manifestación de su poder, su disponibilidad de someterse voluntariamente a ellos, cuando se acercan, lo atan como a un vil criminal, aunque Jesús, permanece atado, porque se había comprometido valientemente a la voluntad de Dios. Luego lo llevan custodiado de manera preliminar donde Anás, quien, a pesar, de no ser una figura de autoridad, fungía como líder detrás del trono. Sentía desprecio hasta Cristo quien atentaba cono sus intereses, siendo, además, quien propicio la idea de su muerte a nivel religioso. A pesar de los enemigos, y la injusticia y mal proceder de todos, Jesús se queda tranquilo porque había aceptado que era el tiempo que Dios había determinado.  


Por otra parte, Pedro y Juan, estaban movidos por la curiosidad y el anonimato, deseaban ver que sucedería con Cristo, posiblemente esperando que haría El. Pedro luego de haber huido junto a los demás (Mt. 26:56), habría reflexionado y reunido el valor junto a Juan, quien tenía algunas relaciones o por actividades comerciales como pescador o por rasgos de herencia relacionados al templo (Mt. 27:56) planean acercarse a Jesús. Aquí vemos a Juan facilitar la entrada y donde se pondrá a prueba la fuerza en el coraje que Pedro había tomado de seguirle. Pero una vez dentro, todo su coraje serio estremecido. Al cuestionársele sobre su relación con Cristo. La historia pudo haber sido diferente, Si el coraje no se hubiera gastado. 

El contraste entre Cristo y estos discípulos, en relación a la valentía de Cristo y el coraje que ellos reunieron para regresar ha de llevarnos a, de cuidarnos de lo que deseamos. En ocasiones pudiéramos tener una buena intención, disponibilidad, un gran deseo de hacer cosas para Dios, y apresurarnos hacer planes y pactos de consagración que no nos hemos sentado a evaluar nuestra capacidad y compromiso de llevar aquello hasta las últimas consecuencias (Lc. 14:28-30). Cuando tenemos seguridad al igual que Cristo, de que, aquello que vamos hacer, esta hablado por Dios (Jn. 5:30), Deberemos reunir más que coraje, debemos reunir fe, para poder ir más allá de aquella barrera que parece interponerse entre nosotros y la voluntad de Dios (Ro. 8:37). Evitando caer en la impulsividad de acciones, que impide nuestro compromiso con lo que Dios desea hacer en nosotros (Fil. 2:13).  

Una vez más, Cristo funge como nuestro ejemplo, tenía el poder para evitar aquel escenario, les mostro su poder sobre el cuerpo, y una completa sumisión a su trabajo, aun habiéndolo tratado como malvado, no se preocupó, esto es muy similar al llamado de pablo, hablando del padecimiento por Cristo (1 Co. 12:10). Sencillamente porque iría a la cruz al morir por tus pecados. De los apóstoles aprendemos que, a pesar de que regresemos a enfrentar algún reto, no lo haremos como debemos, hasta que, nos comprometámonos con buscar la ayuda, guía y dirección del Señor. Ya que si El, no nos guía en los diferentes aspectos de la vida nos ira mal (Sal. 127:1), Además de que, sabemos los beneficios de obedecer (Jos. 1:6-8).  

Hermanos, en medio de tanta premura, tenemos que evaluar si estamos dando a Dios un lugar de descrito, cuando se habla de tomar decisiones, si realmente entendemos que esto será grato al Señor, Debemos llenarnos del valor que Dios ha derramado en nuestras vidas, al momento de con El. Dios desea que seamos esforzados (1 Co. 13:16), en las diferentes áreas de nuestra vida cotidiana, que cada servicio, plan, acciones, etc. puedan generar para su gloria. Amigo, no es valor, comenzar a seguir a Dios, y luego desistir, como si habías escuchado algo más delicioso que El fuera. Por eso queremos animarte a que, reflexiones sobre el amor de Dios para con tu vida y sus planes eternos para contigo, el coraje siempre será bueno hasta cierto punto.  Pero el valor y la convicción permanecerán como anclas en nuestras vidas, cualquiera que sea la situación (Fil. 4:11).  


Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Levítico 20-22 


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Evidencias de caminar en comunión con Dios https://ibjrcur.org/evidencias-de-caminar-en-comunion-con-dios/ https://ibjrcur.org/evidencias-de-caminar-en-comunion-con-dios/#respond Wed, 05 Jan 2022 11:00:00 +0000 https://ibjrcur.org/?p=3818

Evidencias de caminar en comunión con Dios 

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. (Jn. 15:1-6

 

En un contexto de esperanzas, pactos y promesas. Jesús desea que sus discípulos entiendan que en El, descansa toda promesa, pacto o esperanza. Él es la verdadera vid. El Padre por otro lado, es aquel, que vela por el cuidado y sostén de sus hijos alrededor del mundo, quienes fueron añadidos al pueblo, por su confianza en la obra de la Cruz. Una evidencia clara de la salvación es la comprensión de que, Cristo salva y El padre es aquel que opera su cuidado sobre los que salvo. Otra evidencia palpable que, Cristo comparte con sus discípulos, es la de aquel que está comprometido con los frutos en su nueva vida (2 Co. 5:17). Estos serán bendecidos por Dios “Quien obra la purificación en lo que hacemos” de tal manera que, aquel que se compromete con ellos, podrá recibir la gracia para continuar dando aún más (Mt. 13:12). 

 

Otra evidencia que Jesús señala como elemental para identificar aquel que camina en comunión con Dios. Es la salvación alcanzada por la obra de la Palabra en el corazón (Ef. 1:13, 2:5-9), una persona que piensa que ha alcanzado la salación por sus méritos o esfuerzo, simplemente no ha comprendido el favor o la obra divina, la salvación es del Señor (Sal. 3:8). Otra evidencia, es una real necesidad de permanecer cerca de la presencia de su Padre. La gracia se hace irresistible, para aquellos que experimentan la comunión con Dios. Otra evidencia es la conciencia de que todo lo que logra realizar es por la gracia de Dios, así como los pámpanos no funcionan sin su tallo, así el creyente no funciona sin la obra de Dios en su vida. Finalmente, Jesús señala que aquel que está en comunión con El padre, es aquel que permanece en sus caminos, aquellos que solo están aparentando, evidencian la realidad de su corazón y son apartados por la maldad de sus corazones no regenerados (Mt. 7:17-20).    

 

Nosotros sabemos que como creyentes hemos de dar frutos, frutos del Espíritu Santo, frutos en el hogar, la iglesia, el trabajo, las amistades, etc. Esto involucra que cada cosa que hagamos la hagamos considerando los lineamientos del Señor y sus propósitos (Col. 3:23-24), El autor a los hebreos nos anima a considerar incluso la alabanza como un fruto (He. 13:15). La salvación es un regalo que obtenemos por la gracia de Dios, sin embargo, para manifestar que realmente estamos caminando con Dios, se necesita algo más que una publicación en la red o actividades religiosas, es necesario que, evidenciemos con las acciones, actitudes y prioridades en nuestras vidas que andamos en la verdad. Toda actividad religiosa carecerá de provecho, si la gracia de Dios, no nos respalda, por eso Jesús señalo anteriormente que los frutos identificaran al hombre en su caminar (Mt. 7:20).  

 

Lo opuesto también es real, cuando hay un compromiso como Dios y su Palabra, El pondrá la gracia en lo que hacemos y bendecirá nuestro servicio para su gloria. El creyente continuamente está expuesto a un sin número de peligros, tentaciones, dudas, caídas, etc. Pero más allá de todo esto, alcanzaremos los propósitos de Dios por medio de su gracia tal como señala el apóstol Pablo (1 Co. 15:10). Aunque el creyente anhele la perfección, es consciente de que, no es mediante su esfuerzo que lograra completar los propósitos de Dios en su vida, sino por la obra y dirección del Espíritu Santo (Fil. 2:13). Como alguien señalo una vez, “trabaja como si todo depende de ti, pero ora como si todo depende de Dios, porque literalmente así es” Énfasis añadido. Dios es quien nos da la salvación, es el que nos añade a sus planes, es quien pertenece toda la gloria y es el dueño de la grey. Al final de Dios es toda gloria y nuestro todo privilegio de servirle (Lc. 17:10). 

 

Hermanos, nosotros no podemos caer en el error, de pensar que la fe es pasiva, ir a la iglesia, y volver a casa, aunque participemos de cada servicio, y ciertamente esto agrega valor a los salvados, la vida cristiana es un llamado a que demos frutos de justicia por la obra de Cristo (Fil. 1:11), esto implica ir creciendo cada día en nuestras actitudes, compromiso y disposición de hacer la voluntad de Dios, junto a cada fruto señalado por Cristo en (15:1-6). Nos esforzamos no para ganar la salvación, sino para mostrar la obra de Dios en nosotros. Amigo, esto es un llamado no a las buenas obras, sino al arrepentimiento (Hch. 3:19), no hay nada que podamos hacer en nuestra vida que impresione a Dios, o que supere aquello que ya Cristo ha hecho para salvarnos, si realmente deseas la comunión con Dios, debes rendirte a Cristo con fe, y recibir por la obra del Espíritu dones y talentos que pondrás a trabajar para exaltar aquel que te ha dado todo en la vida. No te resistas a su llamado. Dios te bendiga. 

 

Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Números 1-3 

 

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