La disposición de Dios, de responder nuestras oraciones
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. (Jn. 16:23-27)
Luego de la resurrección Jesús, Él les promete que ellos experimentarían un grandioso gozo y sus oraciones serian intervenidas directamente por Dios. Pero sus palabras no apuntan principalmente al día que lo verían vuelto a la vida, sino, al momento en que ellos habiendo sido sellados con El Espíritu Santo luego de su ascensión a la gloria (Hch. 1:9-11), luego de haberles enseñado muchas cosas durante los cuarenta días de su resurrección (1:3), Por El Espíritu conocerían toda la voluntad de Padre (14:26). Por tanto, luego de ese momento podrían pedir abiertamente y Dios obraría en sus peticiones, no solo por la obra de Cristo o la presencia del Espíritu Santo, sino, porque El Padre, se había comprometido en mostrarles su amor. El apoyaría su ministerio e intervendría en sus vidas, por la fe que ellos habían depositado en Cristo. Y así completar su obra en medio de su pueblo.
Jesús les declara que ciertamente en ocasiones es hablo por alegorías “ilustraciones, parábolas, paralelismos, etc.” cuyos significados, no siempre fueron claros inmediatamente para ellos, para que en su ministerio la verdad no fuera completamente clara, como justicia por la incredulidad de ellos (Lc. 12:47-48, Mt. 15:14). Pero La revelación que Dios obraría por medio de su Espíritu les daría un sentido de revelación tan claro, que ellos mismos eventualmente, serian capacitados para hablar de la misma manera que su maestro, tal como sucedió (Hch. 4:13). Ya Jesús les dijo que deberían pedir en su nombre y recibirían respuesta (14:13), pero ahora, les afirma que no se trata de que Jesús interviniera cada vez que ellos oraran para convencer al Padre, sino más bien, que El Padre obraría por amor a ellos, y la sensatez de aceptar el medio por el cual, se manifestaría al mundo, Jesucristo (14:6).
Uno de los privilegios más destacados con los que contamos los creyentes, es con el hecho de que Dios se manifieste en nuestras peticiones personales, Sabemos que El manifiesta su bondad para con toda su creación (Mt. 5:45), pero tiene un compromiso especial con revelarse con aquellos que han abrazado su voluntad con fe (9:31). Al leer estas palabras, debemos animarnos a comprender que Dios desea manifestarse en nuestras vidas, esto claro, no significa que las oraciones siempre tendrán una respuesta positiva, lo que asegura es que siempre habrá una respuesta de parte de Dios. y en ocasiones deberemos esperar hasta que se manifieste en nosotros su voluntad y responda a nuestro clamor (Sal. 40:1). Nosotros debemos cada día, convencernos del gran amor que Dios tiene para con nosotros, entendiendo que, como Padre amoroso, obrara en cada aspecto de nuestras vidas.
La Biblia nos hace el mismo llamado a nosotros que a los discípulos de cultivar una vida de oración (1 Tes. 5:17), pero esta oración debe ir acompaña de fe (Stgo. 1:5-6, He. 11:6), la oración, no es solo hablar continuamente pidiendo a Dios cosas, tenemos que entender que, la oración es un medio de gracia donde podemos conversar con El Señor y dar gloria a su nombre. Nuestras oraciones deben incluir agradecimiento a Dios, exaltación de su nombre y peticiones que afecten nuestro diario vivir y nuestra vida espiritual. Orar es uno de los aspectos más importantes de nuestra nueva vida en Cristo y El Espíritu se ha comprometido a guiarnos para que pidamos con sabiduría (Ro. 8:26). Por tanto, debemos anhelar orar para fortalecer nuestra relación con nuestro amoroso Padre cada día, quien está interesado en todo aquello que interviene en nuestras vidas.
Hermanos, hoy podemos entrar confiadamente al trono de la gracia y hallar intervención en nuestro caminar (He. 4:16), la Biblia nos llama a procurar conocer la voluntad de Dios cada día, porque si pedimos aferrados a esa voluntad, siempre habrá respuestas positivas para nosotros (1 Jn. 5:14-15), experimentemos gran gozo y firmeza por este medio de gracia, y honremos a Dios cuando su respuesta se manifiesta en nuestras vidas, aunque no sea la respuesta que hubiéramos anhelado. Amigo, Jesús claramente explico que las bases para que nosotros tengamos una comunión con Dios y El intervenga en nuestras vidas, es la respuesta de fe a la obra de su hijo, quien se entregó en la cruz para llevarnos nuevamente a tener comunión con Dios (3:15-17), por tanto, te animo a que hoy, puedas tener una verdadera relación con Dios en arrepentimiento, según sus términos y no tus propias apreciaciones religiosas, porque aún hoy día, El desea comenzar una relación contigo. Dios te bendiga
Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Números 29-32
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