El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. (Jn. 20:1-10).
La resurrección de Jesús, es la piedra angular del evangelio, si esto no sucediera, las promesas establecidas que previa su obra caerían por su propio peso (Sal. 16:10), no pudiera entronarse en gloria como conquistador (Is. 53:10) y definitivamente como señala Pablo, vana seria entonces nuestra fe (1 Co. 15:14-17), entre otras muchas implicaciones, pero lo cierto es que, Cristo resucito. Juan señala que, lo hizo el primer día de la semana, volviéndose este, el día en que la iglesia se reuniría a conmemorar su resurrección y exaltar sus propósitos (Hch. 20:7). Mateo nos dice que luego de su muerte “Entre jueves – viernes” la tumba había sido sellada y custodiada (Mt. 27:62-66), los fariseos querían evitar que se robaran el cadáver y el problema existiera aun después de su muerte (Mt. 28:11-15). Pero este día, María junto a otras mujeres más (Mt. 28:1) se dirigieron al sepulcro a perfumar el cuerpo de Cristo, aunque María llego primero. Para ella, al llegar y verla vacía, los enemigos habían robado el cuerpo como señal de maldad y así fue a informarle a los discípulos, y mientras ella iba corriendo, las demás recibieron el anuncio por parte de los ángeles de su resurrección (Mt. 28:5-7).
Cuando Pedro y Juan reciben la noticia, ellos salen corriendo al sepulcro, y Juan al igual que María, se adelanta para ir a ver que había sucedido con el cuerpo y si algún sacrilegio se había efectuado a Él. Pero para sorpresa de Juan y su confusión, los lienzos con los que le ataron estaban intactos en la tumba, la conmoción y los pensamientos lo embargaron de tal manera que, no llego entrar en la tumba, aunque Pedro si lo hizo, y los lienzos que, normalmente al ser rociados con especies, no solo aromatizaban el cuerpo, sino que, se endurecían y limitaban aun la descomposición del mismo, haciendo un efecto de momificación. Juan viendo la motivación de Pedro entro y al ver estos lienzos ordenados y el sudario, de la cabeza aparte, enrollado creyó, Pedro también se maravilló de esto (Lc. 24:12). Las inquietudes de estos hombres y María misma, fueron disipadas cuando entendieron que no se trataba de algún sacrilegio, malicia de los enemigos o algo malo, sino, la manifestación del poder de Dios para con El Mesías. Así que, regresaron a compartirlo con los demás.
Podemos pensar en las diferentes cosas que sucedieron a nivel emocional y social, cuando este evento se llevó a cabo, la máxima muestra de incredulidad, no está únicamente en que los judíos negaron a Cristo como Mesías y procuraron su muerte, sino que, aun después de estos acontecimientos, fraguaron una gran mentira para que, los guardias que habían sido testigos del poder de Dios dijeran que habían sido los discípulos los culpables para alborotar al pueblo (Mt. 28:13-15). Este es el tipo de incredulidad que, muchas personas modelan el día de hoy, se hacen preguntas sobre la veracidad e la biblia, cuando no encuentran argumentos se hacen preguntas sobre manipulación y alteración de hombres en la historia, cuando esto no vasta se hacen preguntas sobre el porqué de las cosas negativas, Ignorando que el pecado tiene consecuencias, cuando esto no basta, se hacen preguntas cuestionando el milagro y cambio que Dios opera en las personas hoy día, y aun si Dios bajase del cielo y les mostrara su necesidad, ellos no responderían porque han desarrollado un corazón endurecido que terminara destruyendo sus almas en la condenación (3:18).
Sin importar las excusas, conmoción o presuposición social que se experimenten el día de hoy, Cristo resucito con el poder del Eterno Padre celestial (He. 9:14). Y todos aquellos que sean sensatos y respondan con fe a la obra de amor que Cristo sello al entregarse y levantarse, serán librados de la condenación (Ro. 8:1), viviendo una vida justificada delante de Dios, al recibir la justicia de Cristo a su favor (Ro. 5:1). Hermanos, tenemos que reconocer que, en la actual generación, se han levantado un sin número de argumentos e ideologías que intentan desmeritar la fe, otras corrientes se han introducido encubiertamente a las iglesias, negando este punto cardinal del evangelio o haciendo declaraciones cargadas de malicia, Pero como señala (He. 4:14), retengamos con firmeza nuestra profesión, consolémonos con el testimonio del Espíritu Santo (Ro. 8.16), y descansemos en las maravillosas promesas y declaraciones que Dios nos hace como padre (1:12-13) que nos unen a su naturaleza divina (2 P. 1:4). Mantengámonos firmes porque Dios es fiel (He. 10:23). Amigo, pudiera ser que estés luchando con argumentos, inquietudes o dudas que acarrean más conflicto en tu alma y corazón que las supuestas respuestas que prometen, si realmente deseas respuestas sobre la vida, el pecado, la eternidad y lo vacío de estos pensamientos, ven a Cristo para que alumbrado los ojos de tu entendimiento, entiendas lo grande de la obra de amor por Cristo a tu favor (Ro. 5:8), Hoy ven con fe a Cristo, y recibe tanto el perdón de pecados como la adopción como hijo de Dios (Ro. 8:15). Bendiciones.
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