La confianza afirmada por Dios
Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Después de esto descendieron a Capernaúm, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días. (Jn. 2:6-12)
Luego de Juan resaltar la fe de María, la autoridad de Jesús y su interés en las necesidades de los demás, Se nos describe, en que consistió su primer Milagro que Jesús realizó como enviado de Dios (Jn. 6:38). Es así que, toma varios cántaros de agua disponibles y mostrando su gloria los convierte en vino, salvando del descrédito social a los anfitriones y mostrando su poder a sus discípulos (Jn. 1:50). Mientras al mismo tiempo, usaba la participación de los siervos como un principio de obediencia, similar a lo que sucede a quienes desean ver milagros y obedecen el día de hoy. La admiración de los invitados fue tal que reconocieron que era un vino especial, no porque tuviera mayor grado de alcohol, sino, porque era un vino que evidenciaba una mayor calidad. De esta manera los seguidores “incluyendo familiares” comenzaron a ver su gloria, que es el propósito del relato. Ósea, como Dios recompensa, la fe de los que creen (Mr. 9:23).
Como se ha dicho, “Obedecer a Dios no siempre es lo más fácil, pero si lo más conveniente”, de igual manera podemos referirnos a la confianza, los cimientos son removidos ante las necesidades, las calamidades, el miedo sobre lo que nos deparara el futuro o eventos tan drásticos como la perdida de la salud, o familiares cercanos, todo esto vendrá para remover nuestra mirada del control y gracia soberna, sin importar la situación de la vida, Pero Dios en Dios encontramos un mandamiento que nos ayudará a ver si creemos, como glorificara en nuestras vidas. No se trata solo de orar, sino de confiar en que lo que El haga será lo mejor para nosotros, ligado a un plan mayor que no siempre podemos ver (Ro. 8:28, 12:2c), aunque no siempre comprendamos, podremos ver su gloria si confiamos. Dios se interesa en cada aspecto de nuestras vidas, y debemos creer, si queremos ser conscientes de sus bondades en nosotros (Stgo. 1:17), como expreso el salmista, confiemos en El y El hará (Sal. 37:4-5).
Hermanos, nosotros sabemos por la fe, que Jesús es la manifestación del amor y la misericordia del Padre. Que la salvación y la obediencia son de los principales milagros que Dios desea obrar y ha obrado en nuestras vidas. Por tanto, tenemos un llamado a confiar en todo aquello que El declara y permite para glorificarse en nosotros. Amigo, Si aún no has confiado en Cristo, si aún, no puedes ver las maravillas de la respuesta de Dios, es por tu necesidad de salvación (Is. 59:2, Jn. 9:31), esto, tiene serias implicaciones eternas, te ánimo, ríndete hoy a Dios con tu fe en la obra de Cristo, así, podrás ver sus maravillas y su presencia en ti. Dios te bendiga.
Acompáñanos a leer la Biblia en un año: Mateo 28; Marcos 1-2
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