Cuando el corazón no está centrado en Dios
Y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Gloria de los hombres no recibo. Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? (Jn. 5:40-44)
Hay una interrogante que haríamos bien en pensar en diferentes aspectos de nuestras vidas, ¿Dónde o en que esta nuestro corazón enfocado? Juan desde el inicio definió que los lideres religiosos y el pueblo en general había decidió dar la espalda de Jesús (Jn. 1:11; 3:19), esto hizo que ellos conscientemente dieran la espalda a Dios prefiriendo sus sistemas religiosos, estableciendo su propia justicia (Ro. 10:3) ignorando nuestra insuficiencia como humanos para acercarnos a Dios. Es precisamente por eso, que Cristo les evidencia que el motivo de su rechazo es su maldad y que su corazón no está centrado realmente en Dios (Jn. 3:19). Pablo advirtió a Filipo que deberían anhelar ser hallados por Dios no en nuestras justicias, sino en la de Dios que viene con la fe (Fil. 3:9), esto por lo inútil de nuestras obras (Is. 64:6).
Una de las razones por las que estos lideres rechazaban a Dios, era por la vanidad de su mente y los méritos superficiales en los cuales ellos encontraban identidad, No estaban principalmente buscar adorar a Dios, sino ser reconocidos como grandes piadosos que admiraban ser exaltados por los demás (Lc. 18:9). Esto distaba completamente de lo que Cristo estaba persiguiendo, porque como señala no buscaba la gloria de los hombres (Jn. 6:12), es otra de las razones por la que los lideres religiosos, arremetían contra El, porque Cristo, no se adecuaba a sus intereses personales como Mesías.
Cristo no solo fue aquel que vivió, sino que aún vive (Ap. 4:9), El esta revestido de poder para hacer lo que, ni la religión, ni las fiestas, ni los vicios, ni libros, ni ningún esfuerzo humano pueden lograr, aquel que realmente desea tener vida, debe reconocer a Cristo como su Señor para que su corazón comience a direccionarse hacia Dios (Pr. 23:26). Satanás había logrado cegar el entendimiento de estos lideres religiosos. Apartándolos de la real y sincera adoración a Dios (2 Co. 4:4). A pesar de que se afianzaban en la ley, no tenían un compromiso con ella, porque la ley apuntaba a Cristo (Ga. 3:24), estas son algunas de las cosas que suceden cuando el corazón no está en busca de Dios realmente, sino conformado en acciones (Mt. 15:8)
Como creyentes tenemos que preguntarnos donde esta nuestro corazón, no para dar una respuesta emotiva, sino para evaluar sinceramente las prioridades en nuestras vidas, ¿Que tanto tiempo estoy buscando a Dios en oración?, ¿Que tanto tiempo paso escudriñando la Palabra de Dios?, ¿Qué tan dispuesto y comprometidos estamos para servir a Dios?, ¿Qué tanto de nuestros días, están consciente y deleitosamente buscando del Señor (Ef. 5:16)? Las respuestas a estas preguntaran nos ayudaran a ver qué tan arraigado esta nuestro corazón en Dios, y que lugar está ocupando El Señor en nosotros. SI el tiempo, el trabajo, o los compromisos nos impiden buscar a Dios, posiblemente terminemos con la misma actitud de los fariseos mientras observamos como el mundo ahora la Palabra de Dios en nuestras vidas (Mt. 13:22).
Hermanos, es buen momento para pensar donde realmente esta aquello que valoramos porque es allí donde nuestro corazón también estará (Lc. 12:34). Si hoy identificas que no estas viviendo realmente para Dios, la confesión, y reconocimiento de nuestros pecados hará que Dios se manifieste una vez más en nuestras vidas (2 Cr. 7:14), En Cristo tenemos fiel seguridad de ser perdonados (1 Jn. 1:9). Amigo, si estas leyendo esto, y aun no has dado este paso de fe. El llamado de Dios es muy claro acércate a Dios y Él se acercará a Tu vida (Stgo. 4:8), para eso debes hacerlo en plena certidumbre de fe (He. 11:6). Te animo a que guardes tu corazón de todas las ofertas y tentaciones que ofrece el mundo, entregándolo en las manos de aquel que puede guardarlo y afirmarlo hasta su venida, descansa en El Señor, Hoy. Dios te bendiga
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