Condenados por aquello a lo que nos aferramos
No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Jn. 5:45-47)
Estos judíos finalmente, reciben la confrontación de su obstinación, ellos supuestamente creían en Dios y eran fieles observadores de la ley Mesiánica, pero solo la estaban usando para acusar y poner grandes yugos en las personas, con prácticas aprendidas que no estaban realmente viviendo (Is. 29:13) de esto es de lo que precisamente Dios quiere liberarnos, Jesús les dice que eso que ellos pensaban sería una salida se estaban encaminando directamente a un camino que terminaría en destrucción para ellos mismo (Sal. 7:15; Pr. 14:12), eso será la perdición de sus almas. No es su observación a la ley, sino, lo superficial en su búsqueda, porque si realmente estuvieran siguiendo fielmente las enseñanzas de la ley, ellos hubieran identificado en Cristo aquel Mesías que vendría a establecer una nueva relación con El pueblo para bendición de todas las naciones, pero sus tradiciones fueron el hoyo que levantaron (Mt. 15:8).
Los juicios que ellos en su rechazo levantaban contra Cristo, lo estaban expresando contra sí mismo, porque ellos habían recibido la ley que enseñaba que Dios levantaría un profeta que sería como El para librar al pueblo (Dt. 18:15), Ellos no aceptaron esto ni de Juan, ni de Jesús, por lo que, su llamado apego a la ley, carecía de sinceridad, rechazaron inclusive las afirmaciones de Juan sobre Cristo, la declaración de la confirmación de Dios y las obras que hacía, y su propia Palabra con buenos fundamentos, ellos dejaron todo eso a un lado y eufóricos gritaron, en un juicio orquestado por ellos, Crucifíquenlo (Lc. 23:21). Jesús no apelo a una nueva comprensión de la ley, sino a obedecer lo que estaba escrito, pero rechazando su mensaje evidenciaban que no estaban ni interesados en Dios, ni dispuestos hacer su voluntad (Jn. 8:47).
Hoy día, existen muchas personas que han puesto su fe y esperanza en muchas cosas que no son Cristo y piensan que eso será suficiente, algunos piensan en alguna oración o profesión de fe que alguna vez elevaron es suficiente, otros las actividades religiosas o las iglesias que visitan, otros en los salmos de la Biblia que leen o tienen abiertos en su casa, como una especie de tótem, otros en sus buenas obras, sus capacidades, etc. Pero esas y muchas otras cosas las que serán juzgadas por carecer del valor eterno de Cristo (1 Co. 3:11), en quien, estas cosas pueden encontrar cierto valor, después de lo que representa para salvación. Pero Él es el principal fundamento y piedra que hace caer a los falsos seguidores (1 P. 2:8).
Claramente si una persona tiene esperanza en Dios, y piensa que será participante de sus promesas, solo por l que hace, o creyendo que tiene suficiente tiempo para en cualquier momento buscar a Dios, quiero que lo replantees, porque un día, como en tiempos de Noe, cuando vemos que todas las cosas están bien, de repente se avecinaría el juicio de Dios (Is. 30:13). Tal es el fin de aquellos que ponen su esperanza en algo o alguien fuera de Cristo, que terminarán súbitamente en el Seol y querrán evitar a otros llegar a ese lugar, pero, ya será demasiado tarde (Lc. 16:23-24).
Hermanos, procuremos que aquello que nos mantiene centrado en el evangelio es Jesucristo y este crucificado, este es el mensaje apostólico en el cual encontramos vida (1 Co. 2:2). No hay nada fuera de eso que. Implique que haya una oportunidad de salvación, No descanse en su servicio, en sus actividades religiosas, sus ideologías, etc. estas cosas si evidencian ante los hombres cierto fruto de salvación (Mt. 7:20), pero el mensaje del evangelio, apunta a Cristo para encontrar seguridad (Ro. 8:37-39).
Amigo, claramente puedes identificar que, no existen diversos caminos para llegar a Dios, sino solo uno. No existen maneras fuera de Cristo para llegar al padre, Contamos con la recopilación de las profecías cientos de años antes de Cristo, la descripción precisa en todo lo relacionado a su mensaje, vida, muerte y Resurrección, contamos con un amplio registro de testigos oculares, evidencias arqueológicas e historiadores creyentes y no creyentes que nos hablan de las maravillas de Jesús, pero es posible que aún, tú no creas y hayas rendido tú vida a su liderazgo, si ese es tu caso, entonces estas eligiendo el camino del pecado, la religiosidad o los placeres rechazado a Dios, así terminaras con la incredulidad que condenará tu alma (Lc. 15:5). Ven arrepentido a Él, reconociendo tus errores, y El, obrara tu perdón y la liberación que necesitas (Is. 55:7). Dios te bendiga.
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